Línea editorial

No tenemos fuertes convicciones ni una veleta señalando el camino. Nos tomamos el pulso cada mañana y decidimos en base a la velocidad en que la sangre bombea. Esas decisiones se investigan, y si son factibles, se graban en mármol. Es decir, tarde o temprano, se llevan a cabo. Por lo general no leemos manuscritos no solicitados, no tenemos contacto con ningún agente, ni hay un camino más transitado que otro para llegar a Roma. Delirio se pregunta muchas veces dónde hostias iban los caminos antes de que existiera Roma. Eso es lo que estamos explorando. La relación es con el autor, no con su libro. Así que el vórtice está en quien escribe. Es con esa persona con la que empatizamos. Así que todo sigue el mismo transcurso que todas las relaciones de amistad, sólo que nosotros intentamos pagar siempre las cervezas (eso estrecha lazos). Somos conscientes de que esta fórmula es poco atractiva precisamente para vosotros, para los que auscultáis y requerís líneas de fuga concretas, pero es que nos han dibujado así.

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